No deja de llamar la atención la derivación que está teniendo la causa de Gustavo Rivas. Lo cierto es que los condenados mayores de 70 años pueden cumplir las penas bajo prisión domiciliaria.
Pero en este caso, llama la atención que, aún antes de pasar la causa al Juez de Ejecución de Sentencias, ya se pretendía que Rivas fuera bajo rejas. El Tribunal oral de esta ciudad, resolvió que continuara en su domicilio hasta que dicho magistrado resolviera.
Intempestivamente se desató una campaña multimediática, incluyendo diarios de tirada nacional, para que el condenado fuera a prisión efectiva.
Pero lo que más llama la atención, es que en la mañana de ayer el Juez Rossi, en forma sorpresiva, se haya excusado de seguir interviniendo, aduciendo que lo une “un parentesco de cuarto grado de consanguinidad, primo hermano” a una de las personas que acusó a Rivas. Dicha actitud abre el interrogante preocupante, por cierto, de si ello ha sido por el motivo que invoca o por no soportar las presiones para que resuelva de determinara manera. La decisión ahora quedó en manos de uno de los dos jueces de Garantías que lo subrogan, Tobías Podestá o IgnacioTelenta.